En el pensamiento de Kant suele distinguirse un período inicial, denominado precrítico, caracterizado por su apego a la metafísica racionalista de Wolff y su interés por la física de Newton. En 1770, tras la obtención de la cátedra, se abrió un lapso de diez años de silencio durante los que acometió la tarea de construir su nueva filosofía crítica, después de que el contacto con el empirismo escéptico de David Hume le permitiera, según sus propias palabras, «despertar del sueño dogmático».
En 1781 se abrió el segundo período en la obra kantiana, al aparecer finalmente la Crítica de la razón pura (Kritik der reinen Vernunft), en la que trata de fundamentar el conocimiento humano y fijar asimismo sus límites; el giro copernicano que pretendía imprimir a la filosofía consistía en concebir el conocimiento como trascendental, es decir, estructurado a partir de una serie de principios a priori impuestos por el sujeto que permiten ordenar la experiencia procedente de los sentidos; resultado de la intervención del entendimiento humano son los fenómenos, mientras que la cosa en sí (el noúmeno) es por definición incognoscible.
La crítica de la razón pura intenta descubrir las condiciones de posibilidad de los juicios sintéticos a priori. Se ha de saber que llama "juicios analíticos" a aquellos en los que el predicado está contenido en el sujeto y "juicios sintéticos", a los que el predicado aporta información que no está contenida en el sujeto. La indicación a priori quiere decir que no dependen de la experiencia. Tales juicios tienen valor universal y necesario. Kant hace ver que tales juicios sintéticos a priori son posibles y de hecho se realizan en el ámbito de las matemáticas y de la física pero no en la metafísica (dadas las eternas discusiones en las que se metían los practicantes de esa disciplina). Ahora bien, el objetivo de esta crítica será entonces mostrar a través de la investigación en cada una de las facultades cognoscitivas del hombre, cómo sea posible y en qué sentido una metafísica. No está de más decir, que tal intento, como el mismo Kant reconoce, fue abordado debido a la crítica de la inducción llevada a cabo por los empiristas en especial David Hume y que con la aclaración de que todo lo universal y necesario no puede venir del objeto sino más bien del sujeto, se fundamentó nuevamente la posibilidad de la inducción científica.
El sistema fue desarrollado posteriormente por Kant en su Crítica de la razón práctica (Kritik der praktischen Vernunft), donde establece la necesidad de un principio moral a priori, el llamado imperativo categórico, (compuesto de principios o leyes prácticas que ordenan una determinada conducta con independencia de la materia de la acción y de sus efectos). En la moral, el hombre debe actuar como si fuese libre, aunque no sea posible demostrar teóricamente la existencia de esa libertad. El fundamento último de la moral procede de la tendencia humana hacia ella y tiene su origen en el carácter a su vez nouménico del hombre.
Kant trató de unificar ambas Críticas con una tercera, la Crítica del juicio (Kritik der Urteilskraft), que estudia el llamado goce estético y la finalidad en el campo de la naturaleza. Cuando en la posición de fin interviene el hombre, el juicio es estético; cuando el fin está en función de la naturaleza y su orden peculiar, el juicio es teleológico. En ambos casos cabe hablar de una desconocida raíz común, vinculada a la idea de libertad.
Él acuñó la frase "Sapere aude" (Atreverse a conocer), en el ensayo, "¿Qué es la Ilustración?", uno de sus ensayos básicos.
A pesar de su carácter oscuro y hermético, los textos de Kant operaron una verdadera revolución en la filosofía posterior, cuyos efectos llegan hasta la actualidad.
4 comentarios:
Kant!! Te he leido con pasion, muchas veces con paciencia he buscado en ti algo de mi, estoy ausente, más te entendido pero aun no te comprendo...
bueno, la verdad es que yo no lo había leído, pero luego de lo que he escuchado en la tertulia de este domingo pasado con el prof. Eulogio SIlverio, corrí a buscar en mis libros, porque sinceramente me encantó lo que oí.
un abrazo cordial, y esperamos seguir teniendote por aqui...
Este domingo los debates estuvieron de lo mejor, aunque pienso que no todo el mundo ha entendido a Kant y de alguna manera ha llegado a creer que el profesor Eulogio Silverio está predicando,como si Kant tuviera una doctrina la cual es necesario seguir, lo que evidencia una especie de fanatismo impropio de una actividad filosófica donde se supone que todo el mundo debe tener una actitud abierta a la reflexión.
Creo que el hecho mismo de que esta exposición genere tanta polémicas y debates se debe en parte a que las personas no estamos dispuestos de ninguna manera y bajo ningún concepto que alguien le perturbe recordando que aunque es verdad que la moral es social, aún así, existe una consciencia interna que juzga nuestras acciones y eso es al parecer es lo que ha despertado tanto encono contra la filosofía de Kant, que a decir verdad es un pensador fuera de serie.
Muchas personas creen que podrán entender a Kant como una poesía, pero lamentablemente la filosofía de Kant está cimentada sobre la razón pura y es muy, pero muy difícil acceder a Kant con esa actitud que muestra el amigo que se identifica como.
yo dijo... Kant es un pensador que dividió la historia de la filosofía en un antes y en un después de él.
De seguro que el amigo prefiere el concepto moral Sartreano que es el que le permite vivir en el desorden sin preocuparse de lo que le diga la consciencia.
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