Querido Amigo…
Cuando llegan estos días, en que el calendario ha adelgazado al límite de comenzar otra vida, se nos da por hacer revisiones, limpiezas de closet, proyectos a futuro y hasta de planificar las próximas dietas…a mi, esta vuelta no me dio por esas cosas, o si, quizá me dio un poco por eso, pero al ver que mi closet ya no guarda desperdicios, sino recuerdos y nombres, que mis proyectos no pueden ser planificados en totalidad, porque todos dependen de otras personas…comprendí que no tengo ganas ni de revisiones ni de proyectos, sino un antojo tan simple y a la vez tan complicado en este diario correr, tengo antojo de encontrarlos en el abrazo.
Esta vez no tengo ganas de pensar en las mil caídas y los mil aciertos, en cuanto ha variado mi economía o si mi nombre aparece una o cien veces en google...no, esta vez, tengo el pequeño deseo de un abrazo…Un abrazo simple, calido…un abrazo que pase desapercibido para los periódicos…un abrazo que ni siquiera quepa en el programa protocolar de las fiestas…un abrazo tuyo y mío, de nadie más…que resuma los mil motivos de este año, las mil heridas y las mil sonrisas…un abrazo que ya no nos deje nada por decir.
Para que llenarte de líneas diciendo todo lo bueno que deseo para ti?...lo sabes y lo sé, con eso basta…no…este año no podré dar discursos navideños ni me detendré a entonar villancicos…esta vez, esta vez quiero hacerlo más simple…cruzar por donde tu caminas a diario, detenernos en la mirada, un abrazo y seguir el camino.
Es bueno saber que en cualquier momento del día, puedes aparecer y nos puede encontrar el abrazo…quiero que esa idea permanezca en mi cabeza hoy y todos los días, para hacer mas liviano el andar…para hacer realmente una Navidad de cada encuentro.
Nos vemos algún día, en alguna calle porteña o del Caribe…o quién sabe…pero, sólo una cosita..si me ves, no gastemos el tiempo en hablar de lo que todos hablan…sólo detén por un instante tu mundo, que yo detendré el mío…y celebremos la vida en el abrazo.
Cuando llegan estos días, en que el calendario ha adelgazado al límite de comenzar otra vida, se nos da por hacer revisiones, limpiezas de closet, proyectos a futuro y hasta de planificar las próximas dietas…a mi, esta vuelta no me dio por esas cosas, o si, quizá me dio un poco por eso, pero al ver que mi closet ya no guarda desperdicios, sino recuerdos y nombres, que mis proyectos no pueden ser planificados en totalidad, porque todos dependen de otras personas…comprendí que no tengo ganas ni de revisiones ni de proyectos, sino un antojo tan simple y a la vez tan complicado en este diario correr, tengo antojo de encontrarlos en el abrazo.
Esta vez no tengo ganas de pensar en las mil caídas y los mil aciertos, en cuanto ha variado mi economía o si mi nombre aparece una o cien veces en google...no, esta vez, tengo el pequeño deseo de un abrazo…Un abrazo simple, calido…un abrazo que pase desapercibido para los periódicos…un abrazo que ni siquiera quepa en el programa protocolar de las fiestas…un abrazo tuyo y mío, de nadie más…que resuma los mil motivos de este año, las mil heridas y las mil sonrisas…un abrazo que ya no nos deje nada por decir.
Para que llenarte de líneas diciendo todo lo bueno que deseo para ti?...lo sabes y lo sé, con eso basta…no…este año no podré dar discursos navideños ni me detendré a entonar villancicos…esta vez, esta vez quiero hacerlo más simple…cruzar por donde tu caminas a diario, detenernos en la mirada, un abrazo y seguir el camino.
Es bueno saber que en cualquier momento del día, puedes aparecer y nos puede encontrar el abrazo…quiero que esa idea permanezca en mi cabeza hoy y todos los días, para hacer mas liviano el andar…para hacer realmente una Navidad de cada encuentro.
Nos vemos algún día, en alguna calle porteña o del Caribe…o quién sabe…pero, sólo una cosita..si me ves, no gastemos el tiempo en hablar de lo que todos hablan…sólo detén por un instante tu mundo, que yo detendré el mío…y celebremos la vida en el abrazo.
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