16 nov 2007

Este Domingo, seguimos con Wanda Ramirez

LECTURAS COMENTADAS SOBRE EL LIBRO “APOCALIPTICOS E INTEGRADOS”

(Segunda Parte).-

En esta parte del análisis y comentarios del contenido del libro Apocalípticos e Integrados, abordaremos uno de sus aspectos referentes a La importantización que tienen los personajes que interactúan en el proceso de divulgación y asimilación de la cultura transmitida a través de los medios masivos, en especial, la radio, la televisión, el cine, y los dibujos animados.

Los personajes, sean éstos reales o ficticios, del modo que manejan sus discursos y sus actuaciones, contribuyen a influenciar a los individuos porque los motiva a reflejarse de alguna manera, a través de ellos, por lo que su análisis está enfocado desde diferentes puntos de vista, o sea, desde el ámbito de la sociología, filosófico, literario, artístico, e iconográfico.

Recordemos, que para su mejor aprovechamiento, estamos enfocando y analizando el contenido de esta obra en tres aspectos fundamentales, desglosados de la manera siguiente:
Un primer aspecto, en el que analizamos lo referente a la Cultura, y a la Cultura de Masas y su conceptualización de “los Apocalípticos e Integrados”; un segundo aspecto, que ya hemos mencionado al inicio de esta lectura; y una tercera parte que enfocará lo relativo a El valor de los sonidos y de las imágenes, como vehículos transmisores de la cultura de masas, desde la perspectiva del autor.


1.
En la parte de la obra que hoy enfocamos, Eco se concentra en analizar lo que define como “el mito de Superman”, y “el mundo de Charlie Brown”, dos personajes de historietas y dibujos animados, antagónicos por demás, que han ejercido mucha influencia en los consumidores de esas producciones estadounidenses, abarcando además, el valor que tienen y la función que desempeñan los símbolos en la cultura de masas.
A través de su análisis el autor nos demuestra cómo los productores de estos materiales, denominados iconográficos, son utilizados por las grandes potencias para transmitir todo tipo de ideologías a las masas que los consumen pasiva y entretenidamente, logrando en la mayoría de los casos, la identificación con los personajes, y la reproducción sus acciones y comportamientos, especialmente, la población infantil y adolescente.
Otros aspectos importantes que resaltaremos son: el significado de la intriga y el consumo del personaje, el papel que desempeñan los medios audiovisuales como instrumentos de información, y el influjo de la televisión en el mundo actual.
El escritor y comunicólogo italiano está considerado como un pionero en el estudio de la historieta, convirtiéndose con los años, en uno de los académicos más influyentes del ámbito universitario, especialmente por sus estudios relacionados con la Semiótica y la interacción de los medios de comunicación con el receptor de sus mensajes.
A juicio de Eco, “Superman no puede consumirse porque un mito es inconsumible”. Y aún cuando este planteamiento fue hecho en la década de los 60s, ése mitológico personaje creado por dos jóvenes estadounidenses a finales de la década del 30, ha mantenido su vigencia a través de los años, y a nivel mundial, con mas preponderancia hoy que en aquella época, influenciando notoriamente, a niños, niñas, y a adolescentes.

Con la existencia de éste personaje, y con los que le siguieron luego, estamos ante la esencia de la intemporalidad dentro del orden de nuestra temporalidad. El personaje de Superman es el mismo factor tiempo como estructura de la posibilidad.

2.
Con él se resquebraja la estructura misma del factor tiempo: futuro y pasado, es decir, es un fenómeno típico de una sociedad abocada a una economía de consumo con la influencia que ejercen permanentemente, la televisión, el cine, la publicidad, y los videos, a través de los cuales nos suministran de manera sistemática y permanente, altas dosis de mensajes ideológicos de diversos contenidos, a través de modelos creados e impuestos.

En Junio del año que viene, el famoso personaje de Superman cumplirá sus 70 años de “edad”, y sus creadores, Jerry Siegel y Joe Shuster, dos jóvenes estadounidenses de la ciudad de Cleveland, ya fallecidos, jamás pensaron que su creación iba a permanecer a través del tiempo y que iba a causar las influencias que ha provocado en diferentes segmentos de las sociedades a través del mundo, o mejor aún, nunca imaginaron que su personaje iba a ser utilizado para convencer al mundo sobre la supremacía de su nación con respecto al resto de las que habitan el planeta.

En el año de 1933, con el interés de entretenerse y de adquirir notoriedad entre los jóvenes de la época, crean su personaje, logrando publicarlo en la revista Fanzine Scienci Fiction, como el personaje principal de un relato titulado “El reinado del Superhombre”, el cual cinco años después sería lanzado masivamente, como Superman, a través de la edición número uno de la revista Action Comics, introduciéndose de ese modo, en el universo del comic, como el prototipo de los superhéroes, y de lo que los estadounidenses aspiran a ser.

Analizando a Superman, podríamos compararlo con las leyendas de personajes prehistóricos y mitológicos, entre ellos Moisés, que según las leyendas condujo a su pueblo a través del desierto y de los mares; Roldán que dirigió a su pueblo en las luchas cristianas contra el Islam, o a Eneas, con sus luchas en defensa del pueblo romano.

El personaje de Superman ha constituido una importante referencia en la creación y consolidación de la imagen que el pueblo estadounidense tiene de sí mismo, tiene de los demás, y de su posición frente al mundo, sobre todo, después de finalizada la primera guerra mundial, y luego de su participación en la segunda, de la que salió victorioso. Eco advierte que “frente a los héroes mitológicos anteriormente mencionados, los superhéroes posean un carácter ficticio por todos asumidos, que no resta fuerza a su capacidad para simbolizar los sueños y valores de la sociedad que los crea para ellos”.

3.
A juicio del autor, Superman, es por definición, el personaje que nadie puede discutir, porque se halla en la preocupante situación narrativa de ser un héroe sin adversario, y por tanto sin posibilidad de desarrollo.

A esto se añade que, “por estrictas razones comerciales sus aventuras son vendidas a un público perezoso, que quedaría aterrado ante un desarrollo indefinido de los hechos que ocupará su memoria durante semanas enteras, y cada aventura termina al cabo de unas pocas páginas, de modo que cada episodio semanal se compone de dos o tres historias completas, cada una de las cuales expone, desarrolla y resuelve un particular nudo narrativo, sin dejar huella de sí mismo. Estética y comercialmente privado de las ocasiones básicas para un desarrollo narrativo, Superman plantea serios problemas a sus guionistas”.

En ese sentido explica que: “Obrar para Superman, como para cualquier otra persona (y cada uno de nosotros), significa consumirse, aunque Superman no puede consumirse, porque un mito es inconsumible.

“El personaje del mito clásico se hacía precisamente inconsumible porque era constitutivo de la esencia de la parábola mitológica el haber sido él ya consumado en alguna acción ejemplar, y le era igualmente esencial la posibilidad de un renacimiento continuo, simbolizando una especie de ciclo vegetativo o cierto carácter cíclico de los acontecimientos y de la vida misma”, sostiene en su análisis.
Y argumenta: “Superman es un mito a condición de ser una criatura inmersa en la vida cotidiana, en el presente, aparentemente ligado a nuestras propias condiciones de vida y de muerte, por muy dotado de facultades superiores que esté. Un Superman inmortal dejaría de ser un hombre para convertirse en dios, y la identificación del público con su doble personalidad, o sea, la identificación para la que ha sido pensada su doble identidad, caería en el vacío. Superman debe ser inconsumible y, al mismo tiempo, consumarse según los modos existenciales cotidianos”.
Dicho personaje posee las características del mito intemporal, pero es aceptado únicamente porque su acción se desenvuelve en el mundo cotidiano y humano de lo temporal. La paradoja narrativa que los guionistas de Superman debieron resolver de una forma u otra, incluso sin estar conscientes de ello, está vinculada con lo que sería una solución paradójica dentro del orden de la temporalidad.

4.
Eco lo señala muy claramente en la página 226, cito: "El héroe dotado con poderes superiores al hombre común (el ser humano), es una constante de la imaginación popular; desde Hércules a Sigfrido, desde Orlando a Pantagruel y Peter Pan, a veces las virtudes del héroe se humanizan y sus poderes, más que sobrenaturales, constituyen la más alta realización de un poder natural, la astucia, la rapidez, la habilidad bélica, o incluso la inteligencia silogística, y el simple espíritu de observación, como el caso de Sherlock Holmes”.
Y añade: “En una sociedad particularmente nivelada, en la que las perturbaciones psicológicas, las frustraciones y los complejos de inferioridad están a la orden del día; en una sociedad industrial, en la que el hombre, se convierte en un número dentro del ámbito de una organización que decide por él; en la que la fuerza individual, si no se ejerce en una actividad deportiva, queda humillada ante la fuerza de la máquina que actúa por y para él, y determina, incluso, los movimientos de éste, en una sociedad de esta clase, el héroe positivo debe encarnar, además de todos los límites imaginables, las exigencias de potencia que el ciudadano vulgar carece, alimenta y no puede satisfacer".
En este contexto, no debe sorprendernos el hecho de que éste famoso personaje se haya convertido en el mito típico del lector común por las “numerosas cualidades” que posee, entre las que podemos mencionar su vista de rayos X, oído supersónico, puede volar a la velocidad de la luz y traspasar la barrera del tiempo; puede elevar la temperatura del carbono hasta convertirlo en diamante simplemente presionando su mano; puede perforar montañas, levantar trenes en marcha y transatlánticos cargados de pasajeros, y fundir con su mirada objetos de metal, entre otras.
Y qué decir, de su rápida aparición en el momento oportuno, cuando algún ciudadano estadounidense, se encuentra en peligro.
Existe, empero, otra razón de una significación muy importante para comprender el gran poder de penetración de la ideología transmitida por el personaje, y es que la imagen de Superman puede ser identificada fácilmente por el lector o espectador de cualquier nacionalidad y de cualquier edad.

5.
Bajo la personalidad de Clark Kent (su doble personalidad), “Superman personifica, de forma perfectamente típica, al lector medio, asaltado por los complejos y despreciado por sus propios semejantes; a lo largo de un obvio proceso de identificación cualquier ser de cualquier ciudad estadounidense alimenta secretamente la esperanza de que un día, de los despojos de su actual personalidad, florecerá un superhombre capaz de recuperar años de mediocridad", afirma el autor.
De ahí que este icono cultural del siglo XX, creado por Siegel y Shuster en el 1934, y dado a conocer masivamente cuatro años después, para el 1939, iniciara su propia publicación a través de la revista Action Comics, y para el año 1941, ya vendía un millón 240 mil ejemplares, iniciara la circulación de una serie de tiras cómicas diarias y dominicales, a través de un sinnúmero de periódicos estadounidenses y de otras partes del mundo, incluyendo nuestro país, a través del periódico Listín Diario.
A partir de la apropiación que hicieron los receptores del personaje fueron elaboradas una diversidad de producciones, entre las que mencionamos una serie radiofónica (1940); dos seriales cinematográficos (1948 y 1950), de 15 capítulos cada uno; dos series de televisión de acción viva (la primera en 1951-1958, y la segunda en 1993-1997), y tres seriales de dibujos animados (1966, 1988 y 1996).

También fue realizada una comedia musical en Broadway (1966); cinco largometrajes; la publicación del 60 aniversario de Superman, y la reedición de la legendaria revista Action Comics, por el Grupo Editorial Vid, en la que el superhéroe apareció por primera vez, cuyos ejemplares originales están cotizados en 175 mil dólares.

A partir del análisis de éste personaje mítico, Umberto Eco asegura, en la página 257, y subsiguientes que: “…No es cierto que los comics sean una diversión inocua que, hechos para los niños, pueden ser disfrutados por adultos, que en la sobremesa, sentados confortablemente en un sillón, consuman así sus evasiones sin daño y sin preocupaciones”.

“La industria de la cultura de masas fabrica los comics a escala internacional y los difunde a todos los niveles; ante ellos (como antes de la canción de consumo, la novela policíaca, y la televisión), muere el arte popular, el que surge desde abajo, mueren las tradiciones autóctonas, no nacen ya leyendas contadas al amor del fuego,…

6.
”La historieta es un producto industrial, ordenado desde arriba, y funciona según toda la mecánica de la persuasión oculta, presuponiendo en el receptor una postura de evasión que estimula de inmediato las veleidades paternalistas de los organizadores”, es decir, de los diseñadores, productores, y distribuidores.

“Así los comics -afirma Eco-, en su mayoría, reflejan la implícita pedagogía de un sistema que funciona como refuerzo de los mitos y valores vigentes”, sirviendo de soporte a comportamientos y actitudes asumidos por millones de receptores (chicos y grandes), por los mensajes ideológicos que se transmiten a través de sus imágenes y diálogos.

A partir de su análisis al personaje de Superman sostiene que “No es cierto que los comics sean una diversión inocua que, hechos para los niños, pueden ser disfrutados por adultos, que en la sobremesa, sentados confortablemente en un sillón, consuman así sus evasiones sin daño y sin preocupaciones”.

Sostiene que la industria de la cultura de masas fabrica los comics a escala internacional y los difunde a todos niveles; y “ante ellos, como una canción de consumo, la novela policíaca y la televisión, muere el arte popular, el que surge desde abajo, y mueren las tradiciones autóctonas”.

Asegura que la historieta es un producto industrial, ordenado desde arriba, y funciona según toda la mecánica de la persuasión oculta, presuponiendo en el receptor una postura de evasión que estimula de inmediato las veleidades paternalistas de los organizadores, entiéndase, los dibujantes, guionistas, productores y distribuidores, a lo que la mayoría de los autores se adaptan, convirtiéndose este material en una especie de pedagogía para reforzar los mitos y valores vigentes.

De ahí que personajes como Litlle Orphan Annie (Anita la Huerfanita), Terry y los Piratas, Jiggs and Maggie (Lorenzo y Pepita), y el famoso detective Dick Tracy, entre otros, sirvieran en su momento, para provocar actitudes y comportamientos con respecto a reducir el problema sociológico del matriarcado en la sociedad estadounidense y reducirlo a un simple hecho individual; sobre el capitalismo y las diferencias de clases, y sobre una educación nacionalista militarista de las jóvenes generaciones de esa nación del Norte.

7.
Y a partir del estudio crítico que Eco hace al mítico Superman, nos coloca como contraparte su análisis a la creación del serial Peanuts (Rabanitos, o Charlie Brown y sus amigos), de la autoría de judío estadounidense, Charles Schulz, cuyos personajes harán que nunca más podamos ver con los mismos ojos el aparentemente sencillo e infantil mundo de Charlie Brown y sus amigos.

La historieta de Peanuts, publicada en el 1950, la integran un grupo de niños de la misma edad; cuyos nombres responden a: Charlie Brown (el personaje principal), Lucy, Violet, Patty, Frida, Linus, Schroeder, Pig Pen, y el más famoso de todos, el perrito Snoopy, quien actúa de manera humanizada y mantiene una actitud existencialista y despreocupada frente a todos los problemas.

A través de sus diálogos, este grupo de niños calificado por Eco como “pequeños monstruos”, obliga al receptor adulto a reencontrarse con todos sus problemas existenciales, “Estos niños nos tocan de cerca porque en cierto sentido son monstruos; son las monstruosas reducciones infantiles de todas las neurosis de un ciudadano moderno de la civilización industrial”.

Explica el autor que ellos “Nos tocan de cerca porque nos apercibimos de que si son monstruos es porque nosotros, los adultos, los hemos convertido en tales. En ellos lo hallamos todo, la masificación, la cultura absorbida a través de las varias “selecciones”, la lucha frustrada por el éxito, la búsqueda de simpatías, la soledad, la reacción malvada, la aquiescencia pasiva, y hasta la protesta neurótica”.

Entiende que los niños de Schulz, no son un instrumento malicioso para pasar de contrabando problemas de los adultos; y explica que “esos problemas son vividos por ellos según modos de una psicología infantil, y precisamente por ello nos parecen conmovedores y sin esperanza, como si reconociésemos de improviso que nuestros males lo han cambiado todo, hasta la raíz”.

El mundo de Peanuts es calificado por Eco como un microcosmos y una pequeña comedia humana para sus consumidores, en cuyo centro se encuentra Charlie Brown, definido por el semiólogo italiano, como un chico ingenuo, terco, siempre torpe, destinado al fracaso, y necesitado hasta un punto neurótico de comunicación y de popularidad.

8.
“Charlie Brown impávido busca ternura y afirmación por todas partes; en el baseball, en la construcción de cometas, en las relaciones con su perro Snoopy, en sus contactos y juegos con las niñas, y fracasa siempre. Su soledad se hace abismal, su complejo de inferioridad arrollador.”

Leer páginas Nos. 262, 263, 264.

Sobre los objetivos que persiguen los productores de estos materiales, Eco nos cuestiona si ¿debemos decir que los comics, encerrados en las reglas férreas del circuito industrial – comercial de la producción y del consumo, están destinados a proporcionar sólo productos estándar de un paternalismo quizás inconsciente o quizás programado?

A lo que él mismo responde que, aunque sólo sea en teoría, “desde que el mundo es mundo, artes mayores y artes menores han podido prosperar casi siempre únicamente en el ámbito de un sistema dado que permita al artista cierto margen de autonomía a cambio de cierta sumisión a los valores establecidos. Es cuestión de genialidad individual, de saber elaborar un discurso lo suficientemente límpido, incisivo y eficaz para lograr el dominio de todas las condiciones dentro de las que, por la fuerza de las cosas, se mueve.”

Con los análisis realizados por el autor a estos dos personajes antagónicos, podemos interpretar que al igual que los medios de comunicación masivos, los comics o historietas constituyen un arma de doble filo: pueden alcanzar un rol con carácter educativo y concientizador, por ejemplo, los personajes de Charlie Brown y sus amigos, Mafalda, Pinky y Cerebro, y Daria; o por el contrario, sus objetivos pueden alcanzar producir en sus consumidores actitudes y comportamientos negativos, evasivos, y distorsionadores de la conducta humana, y de la cultura popular, como el mismo Superman.

No hay comentarios: